La publicidad dejó hace tiempo de informar sobre productos, ahora en la actualidad además de esto, crea falsas necesidades y persuade con la única finalidad de instar a la compra.
Los productos de alcohol, cuya publicidad no se ha restringido tanto como el tabaco a pesar de ser más perjudicial que el a posteriori, utilizan líderes de opinión como son los sexys y famosos protagonistas de series, películas y desfiles de moda.
La publicidad debe ser muy importante para dar a conocer las numerosas bebidas alcohólicas como whisky, ron y sus diferentes marcas. Por ello la facultad que desarrolla esta publicidad es la informativa. El problema es abusivo cuando se empieza a comercializar las diferentes variedades de productos de una bebida alcohólica como Ron Bacardí, blanco, negro, 3, 5,7… En la actualidad se está generando la tendencia de embotellado y venta de cócteles y mezclas que hasta hace poco se hacían a posteriori. Este ejemplo podría ser Bacardí mojito. Cada producto y sus correspondencias saturan el mercado y, para generar una demanda de estos nuevos productos inciden además de publicidad en campañas de relaciones públicas.
El placer, libertad y diversión son los valores con los que más dotan a las bebidas alcohólicas. Siguiendo este patrón, a las cervezas se las relaciona con el deporte.
Ambas son muy paradójicas, algo que te perjudica la salud se asocia con lo que te beneficia, algo aburrido y de sabor fuerte y extraño se asocia con el placer y diversión… se buscan desmesuradamente connotaciones mediante los valores para un posicionamiento de la imagen de marca.
Extrapolando el párrafo anterior, muy de moda esta la inserción en publicidad de la preocupación ecológica. Según las premisas de arriba, es posible que las empresas que más contaminan, como la automovilística doten de estos valores ecológicos a sus productos pero en realidad, no se reduzcan prácticamente los niveles de contaminación.
